Una investigación nos acerca a una enfermedad muy intrigante. Y las razones que se esconden detrás de ella pueden reflejar importantes y profundos aspectos sobre el funcionamiento cerebral: el autismo, que comprende un variado abanico de trastornos del desarrollo, depende de factores genéticos y ambientales y afecta la forma en la cual el cerebro procesa la información.
Nahuel del Río Zabala es estudiante de Biotecnología e integrante del laboratorio de Biomembranas, por medio de un seminario de investigación, él y un equipo de científicos analizan moléculas que tienen la capacidad de actuar como transportadores de la droga que actúa contra el autismo, para que su llegada al cerebro sea más efectiva y provoque menos efectos secundarios no deseados.
El cerebro autista es distinto en varios niveles de un cerebro sano. Presenta diferencias en la estructura cerebral, anomalías a nivel de grupos celulares, rarezas bioquímicas y un sistema inmunológico anormal que podría ser, según proponen algunos, uno de los causantes de la patología.
Si bien los autistas tienen grandes dificultades para relacionarse con la sociedad, tienen rituales compulsivos repetitivos y presentan carencias en la comunicación, existen algunos con habilidades sorprendentes, como tener extraordinarias capacidades para recordar cosas, contar objetos y dibujar con extremo detalle. Son las variaciones en el desarrollo del cerebro autista las que podrían aumentar en forma sustancial otras capacidades cognitivas, hasta el punto que se considera que muchos grandes genios tuvieron tipos de autismo leves. Aun a pesar de su genialidad, todos ellos nunca lograron adaptarse por completo a la sociedad y tenían intereses muy restringidos.
Algunas teorías indican que ciertos trastornos en el desarrollo cerebral pueden ser causantes del autismo. Y es que, después de nacer, el cerebro de un niño autista crece más rápido de lo normal, para luego crecer normalmente y, hasta a veces, más lentamente en la niñez. Se supone que este crecimiento anormal llegaría a causar exuberantes interconexiones de corto alcance en la corteza del cerebro. Esta alta densidad de conexiones cortas podrían ser causantes de las deficiencias en las conexiones de largo alcance, como las que conectan distintas regiones cerebrales muy alejadas entre sí. Otra teoría habla sobre un funcionamiento anormal del sistema inmunológico, el cual podría afectar el normal desarrollo de las neuronas.
También se habla sobre migraciones celulares erróneas o incompletas en el cerebro y es que, durante el desarrollo, ocurren verdaderas migraciones de neuronas: los remolinos, que tanto problema causan en la peluquería, son el resultado de esas migraciones que desorganizan las células de la piel. Cierta teoría habla de un desbalance entre la activación y la inhibición de redes neuronales, algo así como cuando uno recién aprende a manejar un automóvil con caja de cambios: el manejo no es fluido, se nos apaga el motor, etc. Si bien podríamos manejar, en realidad no tendríamos un verdadero control del auto, menos aún en situaciones que nos puedan causar estrés.